24 Feb Hablando en primera persona

“Todos tenemos sueños. Pero para convertir los sueños en realidad, se necesita una gran cantidad de determinación, dedicación, autodisciplina y esfuerzo.”

Jesse Owens.

Cuantas veces escucho frases del tipo “¿para qué voy a esforzarme?, si todo me sale mal”, “¿Quién me asegura que implicándome más lo lograré?…’”, “Si tuviera la certeza de que con esfuerzo lo consigo”… y siempre, estas frases, me hacen pensar. Probablemente haya excepciones, pero de lo que estoy segura es que sin esfuerzo, la probabilidad de conseguir tus sueños, es mucho más baja.

Como bien sabrás, a través de mis posts, me gusta compartir las vivencias de las personas con las que trabajo porque, posiblemente, podáis sentiros identificados con alguna de ellas y su superación os pueda ayudar a seguir luchando. Hoy, quería hacer lo mismo pero en esta ocasión seré yo la protagonista, siendo mi único objetivo haceros ver que el esfuerzo y la dedicación sí tienen recompensa.

En agosto de 2012, tras tomar unos meses antes la decisión de salir, por temas personales, de la empresa privada en la que trabajaba, di el paso de reinventarme. Os confieso que en aquel momento, Emma tenía cierta inseguridad y bastante miedo a la incertidumbre; tened en cuenta que hasta ese momento llevaba casi 15 años trabajando en la misma empresa haciendo un trabajo que dominaba en un entorno totalmente “cómodo” y seguro para mí.

Cuando di el paso de reinventarme, montar mi consulta y trabajar como Psicóloga y Life Coach, era consciente de muchas cosas:

• El riesgo que suponía en plena crisis empezar de cero
• El tiempo que iba a tener que dedicar
• La críticas que podría recibir
• El esfuerzo que me iba a suponer a nivel de estudio, lectura, metodología,…
• La posibilidad de no ser capaz de consolidarme profesionalmente
• La probabilidad de no saber enfrentarme a ello; la incertidumbre…
• Esas ganas de no defraudar ni a quienes creían en mí, ni a mí

Te aseguro que el inicio fue duro, muchísimo trabajo y dedicación; estudié mucho, creé mi web, preparé mi metodología, charlaba con profesionales posicionados en el sector, … y todo ello sin saber qué iba a pasar, sin saber si esa inversión de tiempo y dedicación serviría para algo. Aún así, me volqué como si no hubiera otra cosa en la vida. ¿Sabes cuánto tardó en llamarme la primera persona interesada en trabajar conmigo?

Exactamente, 5 meses. En enero de 2013 recibí esa llamada que me hizo saltar las lágrimas. La recuerdo perfectamente, fue un sábado 26 y ahí empezó todo. Poco a poco la rueda comenzó a rodar y fui capaz de ver resultados.

A día de hoy, he de confesarte que si bien antes de empezar era consciente de muchas cosas,  no lo era de todas estas que te detallo a continuación:

• Lo realizada que me iba a hacer sentir este trabajo
• La gente que me iba a permitir conocer, las personas con quien iba a poder trabajar codo con codo y que tanto me iban a aportar.
• El refuerzo que iba a recibir de los demás de un modo casi constante por mi trabajo
• Cómo me iba a ayudar en mi crecimiento personal y profesional
• La creatividad que me iba a obligar a desplegar
• Las millones de anécdotas que me iban a ocurrir

Tantas cosas… en definitiva, no era consciente de que aquel agosto de 2012, mes festivo por excelencia, yo, que siempre voy un poco contracorrinete, iniciaba el camino hacia mi vocación… A día de hoy, llevo a cabo sesiones individuales, talleres para mujeres, proyectos para niños, formación, charlas, terapias de grupo y proyectos de recursos humanos. Y, como os podréis imaginar, cero rutina y mucha intensidad. Como decía antes, mi verdadera vocación.

Hoy, casi cuatro años y medio después, una gran parte de lo que visualicé en aquellos inicios está logrado; en algunos ámbitos incluso superado. No puedo dejar de mencionar el reconocimiento que me fue otorgado el pasado mes de enero, la Estrella de Oro que otorga el Instituto para la Excelencia Profesional por la trayectoria profesional. Sin duda, un emotivo acto que hizo recordarme mis inicios y la importancia de luchar siempre por aquello que quieres.

Si bien, como os comentaba, hay mucho conseguido de esos primeros retos fijados, hoy en día se siguen sumando nuevos retos que van a requerir, de mi parte, más esfuerzo y dedicación, pero que tengo clarísimo que merecerá la pena.

Si te encuentras en una situación parecida a la mía, en la que con 40 años tienes que reinventarte, acuérdate de mí, de mi historia. Si tienes pasión por lo que vas a iniciar, no dejes de esforzarte, ten una actitud positiva, sé constante y lucha.

Si tienes una actitud positiva y te esfuerzas constantemente para dar tu mejor esfuerzo, con el tiempo vas a superar tus problemas inmediatos y encontrarás que estás listo para retos mayores.

Pat Riley.