Si quieres, “a estas alturas de tu vida”, puedes y debes

El crecimiento personal es un proceso real, existe, se produce y se consigue, pero no de un modo gratuito, no de un día para otro, no sin constancia, sin dedicación ni esfuerzo. Hoy me gustaría hablaros de Vanessa, os confieso que me siento muy orgullosa de su evolución, porque a lo largo de un año el cambio que se ha producido en ella es espectacular, tanto a nivel externo, como interno, y aunque aún le queda camino por recorrer, está francamente cerca de la meta que se fijó.

Vanessa vino por primera vez a la consulta en abril de 2016, como siempre me ocurre tengo grabada la imagen del primer momento en el que la conocí; en esta ocasión cuando abrí la puerta y la vi por primera vez la impresión de Vanessa fue bastante negativa, su aspecto era bastante desaliñado, su mirada perdida, sus movimientos corporales eran excesivamente rápidos, su tono de voz descompensado, con algún que otro tic facial; toda ella desprendía inestabilidad.

En esa primera sesión ella trataba, aunque le costaba bastante, centrar temas, intentaba ponerme al día de sus circunstancias: 37 años, soltera, licenciada, funcionaria desplazada a Valencia desde hacia 5 años. Vivía en una zona acomodada de la ciudad y su nivel económico era bueno. Sin hábitos sanos, frecuentando malas compañías y con dependencia a sustancias y alcohol desde hacía bastante años. Esa primera hora con Vanessa fue complicada, acudió con cierta resaca de la noche anterior, lo que dificultó la fluidez de la sesión.

Su autoestima estaba por los suelos, debido a su carácter sumiso había sido una persona fácil de manejar que por sentirse aceptada y querida, no solía decir “no”; a lo largo de los años esta actitud había calado muy hondo en ella y el respeto por sí misma era casi inexistente.

Vanessa, quería poner orden en su vida, sabía que sino reaccionaba acabaría mal. Deseaba llevar una vida “normal”, buscaba esa normalidad que muchos pueden considerar rutinaria…, ella buscaba “desesperadamente” un equilibrio vital; más allá de un trabajo estable y un sueldo adecuado, no había nada que le aportara equilibrio.

Los objetivos de su terapia eran muy ambiciosos, suponían:

  • Recuperar su autoestima
  • Apartar de su vida las malas influencias sus amistades
  • Abandonar sus adicciones
  • Cuidar su aspecto
  • Recuperar hábitos sanos
  • Eliminar relaciones de pareja tóxicas
  • Lograr nuevas amistades

Tras esa primera sesión, os he de confesar, y de hecho en estos momentos también se lo confieso a ella, que no estaba segura de que pudiera tener la constancia ni la fuerza para salir de profundo “hoyo” donde se encontraba.

Comenzamos trabajando su autoestima a la vez que hacíamos hincapié en ir modificando hábitos; el cortar la relación con las amistades que la inducían a consumir sustancias adictivas no fue rápido, fue muy progresivo ya que ella debía empezar a ganar seguridad en sí misma, valorarse y respetarse para poder afrontar esta situación con asertividad.

Durante este proceso hubo recaídas, muchos “no puedo”, “Emma, yo soy así”, “no se si quiero cambiar”, “soy una tonta”, “he vuelto a caer”, “para qué?”… pero todos estas dificultades no le hicieron desistir.

Tras trabajar semanalmente, aproximadamente a los seis meses se empezaron a notar efectos visibles: ganó en equilibrio emocional, comenzó a hacer deporte de un modo constante, aumentó disciplina, dejó de faltar al trabajo por sus excesos, su aspecto físico cada vez era más saludable y cuidado, se permitió ser más femenina, su comunicación era fluida, empezó a controlar sus consumos no haciendo excesos… A partir de ese momento, en cada sesión era fácil observar algún pequeño avance en Vanessa.

 Poco a poco fuimos distanciando sesiones y actualmente, algo más de un año después, nos solemos ver cada tres o cuatro semanas; con el objetivo de hacer un seguimiento y reconducir aquellas cosas que cuestan más afianzar. Vanessa es ya capaz de regularse, ha dejado sus adicciones y en la mayoría de ámbitos ha tomado el control de su vida.

A fecha de hoy Vanessa es una mujer satisfecha, positiva, con seguridad en sí misma, que sabe cuales son sus puntos fuertes y débiles y es consciente de que no debe bajar la guardia; tiene un pasado que hoy nadie podría adivinar y que solo si ella quiere lo confiará a alguien. Es consciente de que tiene el mando de su vida y podrá hacer con ella lo que desee.

Vanessa, me gustaría aprovechar estas líneas para decirte que me pareces una mujer impresionante, que a pesar de todas las dificultades has encontrado ese coraje que te permitirá lograr aquello que te propongas. Eres una mujer preciosa por dentro y por fuera así que no dejes que nadie más te ningunee, sigue demostrándote a ti y a todos todo lo que vales. Un placer trabajar contigo.

“No hay nada como volver a un lugar que permanece sin cambiar para encontrar las formas en que has cambiado tú mismo”.-Nelson Mandela.

 

 

4 Comments
  • Zaida
    Posted at 18:35h, 29 junio Responder

    Me encanta sus escritos

    • Emma Trilles
      Posted at 09:40h, 30 junio Responder

      Muchísimas gracias Zaida. Besos

  • Ana Mercedes
    Posted at 21:28h, 30 junio Responder

    Me ha gustado mucho, tú post, Emma; que tengas, una buena tarde y un saludo.

    • Emma Trilles
      Posted at 19:48h, 05 julio Responder

      Muchas gracias Ana! Feliz tarde y gracias por tu comentario.

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