Felicidad Psicologa Valencia Life Coach

Cuando la felicidad supone cruzar la raya

Ayer recibí una llamada de Carmen. De vez en cuando me llama y me cuenta cómo le va la vida, cómo afronta sus circunstancias, cómo es capaz de disfrutar de sus emociones, cómo ha aprendido a dejarse llevar y se ha permitido ser feliz.

Hace algo más de dos años conocí a Carmen. Fue cuando acudió a mi consulta por primera vez. El motivo era por una serie de conflictos personales que la limitaban en su día a día llegando a bloquearla en ocasiones.

Carmen en aquel momento tenía 39 años, estaba casada y con dos niños en edad infantil. Ella dejó su trabajo de Directora Financiera cuando fue madre por primera vez y se dedicaba en exclusividad al cuidado de sus hijos a la vez que estudiaba psicología por la UNED, dado que las personas y su comportamiento era algo que le atraía mucho desde hacia unos años. Ella era una mujer sensata, con principios arraigados, religiosa, disciplinada, cariñosa y luchadora.

Su esposo era director comercial de éxito, por lo que la situación económica de la familia era bastante buena, permitiendo que sus hijos pudieran asistir a colegios privados, realizar viajes con asiduidad,…

A priori, la vida de Carmen era bastante completa pero a medida que pasaban las sesiones se iba desmitificando y, conforme íbamos desgranando poco a poco sus circunstancias, aparecía otra Carmen, aquella que no se sentía realizada profesionalmente, que era infeliz en su matrimonio, cuyo circulo social había menguado considerablemente en los últimos años, aquella que no reconocía su carácter, aquella cuya alegría se había desvanecido

Carmen era consciente de todo ello pero aún así tardó casi once meses en pedir ayuda y en decidir ponerse en manos de un profesional; Fue entonces cuando acudió a mi consulta. En las primeras sesiones comenzamos a plantear cómo debería ser su nueva vida para que se sintiera en armonía con ella; trazando un plan de acción, desde tratar de reconquistar a su marido hasta plantear una búsqueda de empleo acorde a sus necesidades personales, pasando por recuperar amistades a las que había desatendido y echaba de menos.

Fue en la sexta sesión, aproximadamente, cuando Carmen se atrevió a contarme algo que le había ocurrido hacia unas semanas. De un modo inesperado, conoció a una persona a través de una red social. Éste le había seguido hacia un tiempo y recientemente había contactado con ella enviándole un mensaje, el cual llegó justo en el momento de su vida en que necesitaba recibirlo. Según me contaba, las comunicaciones entre ambos cada vez se iban espaciando menos en el tiempo, eran más seguidas. Carmen afirmaba que tras unos días ella esperaba leerlo, se habían convertido en una necesidad, requería saber algo de aquel hombre con quien cada día iba ampliando más confidencias.

Felicidad Psicologa Valencia Life Coach 2Carmen se caracterizaba por su fortaleza de principios y valores, por lo que las contradicciones que sentía cada vez eran más intensas.

El matrimonio de Carmen hacia años que no funcionaba. Ella y su esposo tenían formas distintas de ver la vida, de afrontar los problemas, se habían distanciado y la pasión se había perdido. Por motivos de índole importante, Carmen no se podía plantear un divorcio, así que trataba de llevar su situación del modo más digno posible.

Tras un par de meses, la vida de Carmen comenzó a mejorar en diversas áreas. Estaba activa de nuevo en la búsqueda de empleo, había tenido varias entrevistas cosa que le motivaba mucho. Reactivó algunas de sus relaciones sociales empezando a quedar con alguna amiga a tomar café, alguna comida… La relación de amistad que tenía con Quique le daba esa fuerza y esa ilusión que le permitía luchar con fuerza y positivismo.

Cada semana que pasaba era evidente que Carmen se ilusionaba más con Quique. Su actitud cambió respecto a cómo afrontar todos los retos que inicialmente nos habíamos propuesto. Él le había devuelto la ilusión. Y justo en este punto, comienza un nuevo conflicto.

Recuerdo una mañana salir de una terapia y ver en mi móvil varias llamadas perdidas de Carmen. Cuando la llamé, contundentemente me dijo “Emma, ha pasado lo que no debía pasar”. La relación con Quique había dado un paso más. Esto era algo que rompía todos los principios y valores de Carmen.

Este hecho hizo que ella comenzara a tener unas contradicciones terribles entre razón y corazón, entre lo que quería y lo que debía, entre lo que sentía y lo que debería sentir. Una culpabilidad que le pesaba tanto porque se estaba enamorando de Quique.

Ella era consciente de que cuando estaba con él era feliz, se sentía tranquila, segura y querida pero a los cinco minutos de separarse de él se sentía una persona horrible, por no actuar acorde a sus valores, a lo que la sociedad espera, a lo que su familia y amistades esperarían de ella. Le pesaba tanto, tanto, que no había semana en la que no se planteara si debía o no continuar con aquella relación.

Llegó un momento, pocos meses después, en el que la vida de Carmen había encontrado un equilibrio en muchos ámbitos, pero había uno en el que parecía imposible lograrlo. Carmen seguía viendo a Quique asiduamente, cada vez era más necesario en su vida, era la persona que la entendía, comprendía, apoyaba y la quería, pero seguía con esas dudas, miedos y remordimientos que le hacían sentirse inestable.

Por todo ello, no había más remedio que tomar una decisión; si Carmen estaba segura de que su felicidad estaba cruzando la raya, sí así lo sentía ella, debía decidir qué hacer. Decisión muy difícil de tomar, dificilísima por su parte, cuando mayoritariamente todos tenemos ciertos prejuicios y muchos estamos educados bajo unos cánones conservadores.

Felicidad Psicologa Valencia Life CoachA Carmen le costó muchísimo, pero finalmente tomó una decisión y hoy se siente feliz. Probablemente no se sienta orgullosa pero sabe que hay circunstancias de índole importante que le han impedido hacer las cosas de un modo “socialmente” aceptable. A pesar de ello, ha logrado respetarse y respetar la opción escogida.

Carmen mantiene una relación paralela con Quique desde hace más de un año y medio y, aunque parezca imposible, ha podido lograr un equilibrio en su vida que hacia muchos años que no podía disfrutar. Sabe que su situación no es la idónea, ni la ideal, no sabe que pasará en un futuro, aunque sí que sabe lo que le gustaría que pasara. Vive al día e intenta ser feliz con las circunstancias que le han tocado vivir.

Carmen, tras leer mi último artículo “Tengo 50 años y no tengo trabajo” en el que hablaba sobre la experiencia real de uno de mis pacientes, me pidió que hiciera pública también su historia porque sabe que hay muchas personas en una situación similar a la suya que se pueden sentir identificadas con ella.

Espero, si bien hay mucho dato enmascarado por confidencialidad, haber sido capaz de trasmitir correctamente y con todo el respeto que te mereces, Carmen, toda tu “esencia” y la de tus vivencias.

Para finalizar, a título personal, me gustaría recordar que cada persona es un mundo. Con unas circunstancias, unas necesidades, unas reacciones, unas emociones,… diferentes, por lo que nadie debería juzgar el comportamiento de los demás, en ningún ámbito de la vida, sin conocer intensamente la realidad de las cosas. Pocas personas son modelos a seguir y aquel que esté libre de culpa que tire la primera piedra.

1 Comment
  • david del moral
    Posted at 01:03h, 01 abril Responder

    Hola, Emma;
    He de decir, que me alegra tenerte en mis contactos de LinkedIn, ya que tus aportaciones me parecen muy interesantes. Si bien en este artículo que leí, me choca un poco, la valoración positiva que se desprende, respecto a la relación paralela. No me queda claro, si es de mutuo acuerdo con la pareja,en este caso el marido. que deduzco que no. Hablaríamos pues de infidelidad, y creo que no está la felicidad de uno justificada con el daño Moral al otro.
    Si he entendido mal dicho ejemplo, agradecería si pudieras aclararme, por favor.
    En mi familia cercana ( no yo) he visto alguna situación muy similar, y sinceramente no establecería como solución a un problema de ese tipo, establecer relaciones paralelas, sin el consenso de la que se supone es tu pareja.
    Como ves, trato de compartir mi punto de vista, siempre desde el máximo respeto, y reiterando mi agradecimiento por tus interesantes aportaciones.
    Gracias y saludos
    David del Moral.

Post A Comment