MI reflexión de Hoy, 2 de diciembre de 2013.

Estrenamos mes, diciembre; para algunas personas un mes poco agradable y para otras, uno de los meses más especiales del año, entre las que me incluyo.

Ya se ha convertido en tradición que diciembre sea el mes de las reflexiones y los nuevos propósitos para el próximo año.  Yo, este fin de semana, he estado reflexionando sobre el 2013, y me gustaría compartir con vosotros un pensamiento íntimo que surgió en aquel momento. Para poneos en antecedentes, os cuento como reflexiono yo sobre el año que finaliza, por si os puede ayudar, siempre sigo el mismo patrón:

– Comienzo de un modo general con una valoración global del año.

– Luego, me voy centrando en las distintas áreas de la vida: a nivel personal, a nivel de pareja, a nivel de familia, a nivel de trabajo, a nivel de amigos, a nivel de salud,..

– Hago mi listado de cosas que se han quedado pendientes.

– Intento extraer lo mejor de los momentos menos agradables que he vivido; sólo pensando en lo bueno que han podido traer a mi vida, los malos momentos también nos aportan algo aunque nos cueste verlo.

– Y, por último, me gusta acabar con dos buenos recuerdos vividos y que podrían poner titulo al año: El día más feliz y el momento más emotivo.

El momento más emotivo………. Ahora sí, me gustaría compartir con vosotros, mi momento más emotivo de 2013. Os pido un poco de empatía para poder entenderme.  Ocurrió en verano, la segunda semana de agosto, íbamos, la familia, en el coche hacia Denia, a pasar el día. De fondo sonaba un CD de Eros Ramazzotti, de quien soy seguidora incondicional, sonaba una canción preciosa que se llama “Un ángel como el sol tú eres”.  En ese momento, escuché a mi hija por primera vez en su vida cantar una canción, y fue esa canción. Quizás no podáis entenderlo, pero Victoria, mi hija, en ese momento tenía cinco años y medio, ella ha tenido muchísimas dificultades relacionadas con el habla, y oírla cantar por primera vez fue algo que me cuesta explicar con palabras, si me tuvierais delante ahora mismo y me pudierais mirar a los ojos me entenderíais perfectamente.

¿Por qué os cuento esto?, ¿Por qué os pedía empatía?. De este pequeña confesión íntima y personal, me gustaría extraer mi reflexión de hoy. No olvidemos que cada persona tenemos unas circunstancias que marcan nuestra vida, nunca debemos juzgar a quienes nos rodean, y mucho menos sin conocer sus circunstancias, no debemos dar por sentado que nuestra vida, nuestros pensamientos y nuestros comportamientos son la generalidad  y por ello, extrapolarlos  a la vida de los demás.  Probablemente el día que yo viví como más emotivo de 2013 no tenga nada que ver con el vuestro; pero os aseguro que en ocasiones hay pequeñas cosas a las que algunas personas no damos la menor importancia, y para  otras son el mejor regalo que pueden recibir.

 

 

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